Las Tradescantias componen una de las colecciones MaQu® con atractivas especies normalmente de porte rastrero o colgante que podemos disfrutar tanto como planta de interior como de exterior.
Toda esta selección de especies son de crecimiento herbáceo, que junto al valor ornamental de sus hojas y en algunas especies también de sus flores, se prestan con elegancia para ser empleadas en tarrinas colgantes, macetas, jardineras,… e incluso cultivadas directamente sobre el suelo del jardín para cubrirlo creando delicadas zonas de color.
También destaca su rápido desarrollo en condiciones climáticas favorables, así como su facilidad de cultivo. Con respecto al colorido de sus hojas este varía según la especie, siendo todas ellas ideales para aportar bellos contrastes cromáticos.
El origen de la Tradescantia
La primera especie descrita del género fue Tradescantia virginiana y era nativa del este de Estados Unidos. Todas las Tradescantia sp. son originarias del continente americano y se distribuyen según la especie desde el sur de Canadá hasta el norte de Argentina.
Su nombre se lo dedicó Carlos Linneo al naturalista y viajero John Tradescant, quien introdujo numerosas especies en Reino Unido recolectadas durante sus expediciones a Estados Unidos. Se documenta que esta planta fue introducida a Europa en el año 1629 para su cultivo en jardines como planta ornamental.
¿Cómo son las Tradescantias?
La Tradescantia sp. es un género de plantas herbáceas y perennes que agrupa a más de setenta especies pertenecientes a la familia Commelinaceae. Este hecho dificulta describirlas de forma conjunta debido a la diversidad existente entre diferentes géneros.
Son plantas que según la especie, si poseen un marcado aspecto colgante no superan los 30 centímetros de altura mientras que las de porte más erguido pueden superar algo más de medio metro.
Sus raíces suelen ser tuberosas y de los nudos de sus tallos pueden surgir unas finas raíces adventicias. Según la especie los tallos pueden ser simples o ramificados. Lo mismo ocurre con las hojas que pueden tener desde forma aovada a lineal-lanceolada, así como estar dispuestas en forma espiralada a lo largo del tallo o estar insertadas a lo largo del mismo en dos líneas opuestas.
Sus flores no gozan en todas las especies de igual interés ornamental. En su conjunto pueden ser de color blanco, rosado, azul o violeta y una vez fecundadas producen un pequeño fruto en forma de cápsula con dos semillas por compartimento. Volviendo al interés de sus flores, las más destacadas son las de las especies Tradescantia sillamontana, Tradescantia virginiana, Tradescantia oniensis, Tradescantia bracteata,… y las menos las de la Tradescantia zebrina, Tradescantia fluminensis, Tradescantia spathacea, etc.
Cuidados de la Tradescantia
Como hemos adelantado, la colección de Tradescantias MaQu® agrupa a diferentes especies y como consecuencia pueden tener diferentes aplicaciones ornamentales. En este sentido debemos hacer ligeras diferencias en sus cuidados según se traten de Tradescantias de uso como plantas de interior o de exterior.
General a todas, a las Tradescantias les encanta el calor, que no tanto el sol directo y una humedad constante en el sustrato sin llegar al encharcamiento.
En el caso de las Tradescantias de uso normalmente como plantas de interior se plantarán en maceteros o tarrinas colgantes cerca de las ventanas, en balcones o bajo cobertizos sin que les de la luz directa del sol. Si su exposición es en lugares soleados que les de la sombra a las horas de más calor favorecerá su crecimiento. Cultivadas en condiciones de poca iluminación desarrollan excesivamente sus tallos y las hojas tienden a perder su coloración o variegado en el caso que la presenten.
Las especies más empleadas en este caso son la Tradescantia zebrina, la Tradescantia fluminensis o la Tradescantia spathacea por ejemplo.
Un sustrato adecuado para su trasplante puede ser el indicado para plantas de interior. El riego debe ser frecuente y en poca cantidad para mantener una humedad constante sin excederse. Aprovechando podemos incorporar en el agua de riego un ‘fertilizante líquido especial para plantas verdes’.
Si vemos que cuando llegan los meses fríos del año y la temperatura desciende por debajo de los 10ºC es aconsejable protegerlas dentro de casa. Las temperaturas bajas pueden ocasionarles daños irreparables.
Con el tiempo suelen crear tallos largos que afean su aspecto. Durante cualquier época cálida del año se pueden podar dichos tallos y de hecho soporta las podas severas. Estas consistirán en cortar sus tallos a pocos centímetros del recipiente de plantación para favorecer Tradescantias más frondosas y compactas.
Para las especies de Tradescantia cultivadas como plantas de exterior entre las más populares están la Tradescantia sillamontana, Tradescantia virginiana, Tradescantia oniensis, Tradescantia bracteata,… todas ellas muy rústicas.
Estas pueden estar plantadas a pleno sol y se utilizan para creas bonitas zonas de color en el jardín o balcón muy soleado. Su plantación es directamente sobre el terreno. Si este es arcilloso conviene mejorarlo añadiendo arena de río lavada, de sílice, arcilla expandida u otros materiales que le proporcionen porosidad y mejore su drenaje.
Las podas se limitan a mantener su masa foliar dentro de los espacios establecidos. Como en las de interior, durante primavera, verano y principios de otoño.
Su fertilización será suficiente con la aplicada en el mantenimiento del jardín.
Plagas y enfermedades de la Tradescantia
Como se ha avanzado, las Tradescantias son plantas muy rústicas y por lo tanto ser resistentes a las plagas y enfermedades.
De presentarse algunas plagas suelen ser las propias de verano como el pulgón, la cochinilla y la araña roja, controlándolas fácilmente con insecticidas específicos. Respecto a enfermedades, si elegimos bien el sustrato, gestionamos adecuadamente el riego y su exposición en casa o el jardín, es muy difícil que se presente alguna.
Podrás encontrar la Tradescantia que más te guste dentro de nuestra Colección MaQu®