En el contexto de la jardinería en España, la Mentha sativa es una adición muy valiosa y apreciada por los aficionados, no solo por su belleza y aroma, sino también por sus beneficios prácticos.

Es una excelente opción para incluir en jardines de aromáticas, junto a otras hierbas como el romero, el tomillo o la lavanda. Su follaje verde intenso y sus espigas florales, a menudo de tonos rosados o púrpuras, la hacen también atractiva como planta ornamental en macizos, borduras o como cubierta vegetal.

Sus flores son muy visitadas por abejas, mariposas y otros insectos polinizadores. Esto la convierte en una planta ideal para fomentar la biodiversidad en el jardín y ayudar a la polinización de otras plantas cultivadas, incluyendo árboles frutales y hortalizas.

Repelente natural de plagas.

El fuerte aroma de la Mentha sativa es un control natural de plagas ya que actúa como un repelente natural para algunas plagas comunes del jardín, como pulgones, hormigas e incluso algunos roedores. Plantarla estratégicamente cerca de cultivos susceptibles puede ayudar a protegerlos de forma ecológica.

En España la Mentha sativa es muy resistente y fácil de cultivar. Es importante tener en cuenta su tendencia a expandirse si no se controla, por lo que a menudo se cultiva en macetas o con barreras para contener su crecimiento.

Dada su naturaleza expansiva, puede ser utilizada como cubierta de suelo en zonas donde se desee controlar las malas hierbas y proporcionar un tapiz verde y aromático.

Sus hojas, frescas o secas, se utilizan para aromatizar bebidas como infusiones (té de menta) y cócteles (como el mojito). También se emplea en la cocina para dar un toque refrescante a ensaladas, salsas, postres, carnes (especialmente cordero) y verduras.

Tradicionalmente se ha usado por sus propiedades digestivas, carminativas y antiespasmódicas. También se le atribuyen propiedades antisépticas y antiinflamatorias.

Su aceite esencial, aunque no tan comúnmente extraído como el de otras Menthas, puede ser utilizado en aromaterapia por su aroma estimulante y refrescante. En cosmética, sus extractos pueden incorporarse en productos para el cuidado de la piel y el cabello por sus propiedades purificantes y refrescantes.

El origen de la Mentha sativa.

El origen de la Mentha sativa se sitúa en las regiones templadas de Europa y Asia, donde se cree que se desarrolló como un híbrido natural entre diferentes especies de Mentha. A lo largo de los siglos, esta planta se ha extendido y naturalizado en numerosas zonas, adaptándose a diversos climas y suelos.

En España, la Mentha sativa se ha asilvestrado y se encuentra de forma abundante en la Naturaleza. Es muy común verla crecer en ambientes húmedos, como las orillas de ríos, arroyos, acequias, prados húmedos y zonas boscosas con suficiente humedad.

Su presencia en la flora silvestre española sugiere que su introducción y expansión en la península ibérica ocurrió de forma espontánea y antigua, formando parte del paisaje vegetal de muchas comunidades autónomas, especialmente aquellas con climas templados y buenas precipitaciones.

La Mentha sativa pertenece a la gran familia de las Lamiáceas (Lamiaceae), también conocida como Labiadas. Esta familia es muy extensa y agrupa a numerosas plantas aromáticas de gran valor culinario y medicinal, como el romero, el tomillo, la salvia, la lavanda y, por supuesto, todas las especies de Mentha.

Una característica común de muchas Lamiáceas son sus tallos de sección cuadrada y sus hojas opuestas.

El género Mentha spp. abarca una serie de plantas herbáceas vivaces que comprende varias especies e híbridos, entre ellas la M. piperita, M. pulegium, M. spicata, M. suaveolens, M. arvensis, M. citrata, y la que nos ocupa en este post, la Mentha sativa, más conocida como menta de caballo o menta silvestre o borde.

Es importante recalcar que, aunque la hierbabuena (Mentha spicata) es una de las menthas más populares y cultivadas en España y comparte muchas similitudes, la Mentha sativa es una especie distinta. Ambas son del género Mentha spp. y tienen usos parecidos, pero presentan sutiles diferencias morfológicas y aromáticas que los aficionados a la jardinería y la botánica suelen aprender a distinguir.

¿Cómo es la Mentha sativa?

La Mentha sativa es una planta herbácea perenne que, como miembro de la familia Lamiaceae, posee una estructura muy reconocible.

Presenta un sistema radicular rizomatoso y estolonífero. Esto significa que produce rizomas (tallos subterráneos horizontales) y estolones (tallos rastreros que crecen sobre o justo debajo de la superficie del suelo).

Estas estructuras son las responsables de su vigoroso crecimiento y de su capacidad para expandirse rápidamente, formando densas colonias. De los nudos de los rizomas y estolones brotan nuevas raíces y brotes aéreos.

Los tallos son erectos o ascendentes, cuadrangulares (de sección cuadrada), que pueden alcanzar alturas de 30 a 90 cm, aunque en condiciones óptimas pueden superar el metro.

Son generalmente ramificados, especialmente en la parte superior, y suelen estar cubiertos de una fina pubescencia (pelillos). El color del tallo varía de verde a tonos rojizos o púrpuras, especialmente si están expuestos a pleno sol.

Hojas muy aromáticas.

Las hojas son opuestas (dispuestas en pares a lo largo del tallo, una frente a la otra). Tienen forma ovalada a lanceolada, con el margen dentado o serrado. El ápice (punta) es agudo y la base puede ser cuneada (en forma de cuña) o redondeada.

Presentan una textura ligeramente rugosa y un color verde intenso. A menudo, las hojas y los tallos están cubiertos de una fina vellosidad que las hace suaves al tacto.

Son aromáticas al frotarlas, desprendiendo un olor fresco a menta, aunque a menudo es menos intenso o con notas ligeramente diferentes al de la hierbabuena (Mentha spicata) o la Mentha piperita.

Las flores son pequeñas y se agrupan en verticilastros (falsos verticilos) que forman espigas densas y alargadas en la parte superior del tallo y en las axilas de las hojas superiores.

El color de las flores varía del rosado pálido al lila o púrpura. Cada flor individual es pequeña, con una corola bilabiada (dos labios) y cuatro estambres. Florecen principalmente en verano, atrayendo a numerosos insectos polinizadores.

El fruto es un tetranúcula (o esquizocarpo que se divide en cuatro nuececillas o clusas). Cada flor produce hasta cuatro pequeñas semillas encerradas en estas núculas. Las semillas son diminutas, de color marrón oscuro y de forma ovalada.

La reproducción por semilla es posible, pero la propagación vegetativa a través de rizomas y estolones es mucho más común y eficaz en la naturaleza y en el cultivo.

Cuidados de la Mentha sativa.

La Mentha sativa es una planta robusta y agradecida, ideal para jardineros de todos los niveles. Cultivarla con éxito radica en comprender sus necesidades básicas.

Esta planta prefiere una ubicación con semisombra, especialmente en las horas centrales del día durante el verano, para protegerla del sol intenso que puede quemar sus hojas. En zonas con veranos más suaves o en el norte de España, puede tolerar el sol pleno si el riego es constante. En el jardín, es ideal plantarla donde reciba el sol de la mañana y sombra por la tarde.

Es crucial considerar su naturaleza invasiva. Si se planta directamente en el suelo, puede expandirse rápidamente y desplazar a otras plantas. Para evitar esto, se recomienda cultivarla en macetas, jardineras o con barreras físicas enterradas (como bordes de contención) que limiten el crecimiento de sus rizomas.

Prefiere suelos fértiles, húmedos y bien drenados y aunque se adapta a una amplia variedad de suelos, un suelo rico en materia orgánica favorecerá un crecimiento más vigoroso.

El pH ideal es ligeramente ácido a neutro. Es importante que el suelo no se encharque, ya que el exceso de humedad provoca la pudrición de raíces.

Un sustrato universal para el trasplante.

Para su cultivo en macetas, debemos utilizar un sustrato de buena calidad, el sustrato universal o para plantas aromáticas, enriquecido con compost o humus de lombriz para asegurar la retención de humedad y nutrientes.

Siempre debemos asegurarnos de que la maceta tenga buenos orificios de drenaje y añadir una capa de grava o arcilla expandida en el fondo para mejorar ese drenaje.

Es una planta resistente al frío y al calor moderado. Tolera bien las temperaturas invernales en la mayor parte de España, aunque en zonas con heladas muy intensas podría perder la parte aérea y rebrotar en primavera.

Durante el verano, como antes mencionamos, agradece la protección del sol directo en las horas más calurosas.

El riego de la Mentha sativa.

La Mentha sativa es una planta que necesita humedad constante. El riego debe ser frecuente, especialmente en verano y en climas secos. Hay que mantener el sustrato o suelo húmedo, pero no encharcado.

Hay que permitir que la capa superior del sustrato se seque ligeramente entre riegos para evitar problemas de hongos, pero nunca hay que dejar que se seque completamente, ya que esto estresará la planta y afectará su aroma y crecimiento.

No es una planta muy exigente, pero un aporte de nutrientes le irá fenomenal. En primavera, aplicaremos un abono orgánico de liberación lenta o compost/humus de lombriz alrededor de la base de la planta (o mezclado en el sustrato si está en maceta).

Durante la temporada de crecimiento (primavera-verano), se puede aplicar un fertilizante líquido equilibrado cada 3-4 semanas, a dosis reducidas.

La poda es fundamental para mantener la planta compacta, estimular el crecimiento de nuevas hojas y evitar que florezca prematuramente (lo que puede reducir la producción de hojas aromáticas).

Debemos cortar los tallos superiores (ápices) de forma regular para fomentar la ramificación. Cuando comience a formar las espigas florales, debemos cortarlas para redirigir la energía de la planta hacia el crecimiento foliar.

Por último a finales de otoño o principios de primavera, realizaremos una poda más drástica, cortando los tallos viejos a unos pocos centímetros del suelo para fomentar un rebrote vigoroso.

La forma más sencilla y común de reproducir Mentha sativa es por esquejes o por división de rizomas/estolones.

Plagas y enfermedades de la Mentha sativa.

Afortunadamente, la Mentha sativa es una planta generalmente resistente y pocas veces sufre de problemas graves si se le proporcionan los cuidados adecuados. Sin embargo, como cualquier planta, puede verse afectada por ciertas plagas y enfermedades.

Entre las plagas más comunes podemos encontrar pulgones, araña roja, mosca blanca, babosas y caracoles. Insecticidas, acaricidas y helícidas los mantendrán a raya en caso de una infestación grave por cultivos colindantes.

En cuanto a enfermedades, puede verse afectada por Roya, Oídio, pudrición de tallos y raíces. El tratamiento en caso de necesitarlo sería con fungicida.

La clave para prevenir la mayoría de estos problemas es mantener la planta sana y vigorosa, con buena circulación de aire y un riego adecuado. La observación regular permitirá detectar cualquier signo de problema a tiempo.

El fuerte aroma de la Mentha sativa es un control natural de plagas ya que actúa como un repelente natural.

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