La Violeta de los Alpes nos regala flores durante más de cinco meses.
Gracias al Cyclamen persicum podemos disfrutar de una bella planta de flor durante la época más fresca del año, tanto en el interior de nuestro hogar como en el exterior.
Sí, estamos ante una planta ‘dual’ que podemos tener tanto como planta de interior como de exterior, ofreciéndonos en su conjunto una planta digna de un protagonismo destacado en decoración.
A sus singulares flores de distintos tonos rojos, rosados, blancos, púrpuras, jaspeados… se le suma el manchado con aspecto de mármol plateado de sus hojas.
El Cyclamen persicum se suele desechar tras la floración, porque muchos no saben que es una herbácea tuberosa que se puede conservar durante varios años, si por supuesto se respeta su periodo de latencia.
El origen de la Violetas de los Alpes
El género Cyclamen sp. abarca unas 20 especies de plantas de flor típicas del invierno que pertenece a la familia Primulaceae y entre ellas figura el popular Cyclamen persicum.
Hay quien llama a esta planta ‘Violeta de Persia’, ‘Violetas de los Alpes’ o simplemente ‘Ciclamen’.
Es una planta originaria de las zonas de Persia, Oriente Medio y Grecia, aunque también se puede encontrar de forma silvestre en algunas zonas de los Alpes de Europa y de ahí su nombre común más popular: Violetas de los Alpes.
¿Cómo es el Cyclamen persicum?
Su aspecto es de crecimiento globoso y los encontramos en diferentes tamaños.
Las variedades más grandes alcanzan una altura que pueden superar los 40 centímetros fácilmente, mientas que las más pequeñas, denominadas Cyclamen mini apenas alcanzan los 10.
Curiosamente en todos sus diferentes tamaños los podemos encontrar en gamas de colores similares.
Planta perenne tuberosa, posee un tubérculo que engrosa en el tiempo del que salen por su parte inferior numerosas raicillas fasciculadas. En cambio, por su parte superior emite tanto sus hojas como sus flores.
Sus hojas tienen una forma circular acorazonadas y muestran una especie de manchas con aspecto de mármol plateado por su haz formando diferentes dibujos. Por su envés son de un color más homogéneo y va desde el verde a tonalidades púrpuras según la variedad.
Sus flores son muy llamativas y gozan de un aspecto muy singular ya que sus pétalos se pliegan sobre si mismos de forma que realzan su belleza. Nacen sobre largos tallos carnosos y algunas variedades son ligeramente perfumadas.
Si hablamos de sus colores los hay para todos los gustos y ocasiones, ofreciendo un catálogo de colores impresionante: rojos, rosados, blancos, púrpuras, etc., pasando por todas sus tonalidades y combinaciones que incluyen modalidades jaspeadas.
Una de sus muchas cualidades es el largo periodo de floración que comienza a principios de otoño y termina hacia finales de primavera, momento en el que como planta entra en reposo vegetativo hasta la llegada nuevamente de temperaturas más frescas.
Cuidados del Cyclamen en casa.
Si lo tenemos en casa como planta de interior, lo ubicaremos en un lugar con la máxima iluminación posible para que siga floreciendo con la intensidad de los colores propios de la variedad.
Prestaremos mucha atención a la temperatura ambiente sabiendo que es una planta de clima fresco y que entre los 12 y 16ºC es como mejor vive. Un buen consejo es sacarlas de vez en cuando al balcón o terraza para que se mantengan fuertes y vigorosas.
La regaremos con agua libre de cloro a ser posible y directamente a la maceta evitando no mojar en exceso el tubérculo ni encharcar el sustrato.
El riego por inmersión es la mejor opción y si le ponemos un plato debajo de la maceta, eliminaremos el agua sobrante una vez escurrida.
Un buen método de abonado es incorporando al agua de riego cada dos semanas un abono líquido especial para plantas de flor, no muy rico en nitrógeno, sí en potasio y con micro elementos.
El Cyclamen MaQu no necesita ser trasplantado a una maceta mayor rápidamente, puede disfrutarse durante meses en la misma maceta por estar cultivados correctamente en los viveros.
Conservación del Cyclamen persicum.
Tras la floración el Cyclamen persicum se suele desechar. Muchos no saben que es una herbácea tuberosa y por lo tanto se puede conservar por muchos años, eso sí debemos respetar su periodo de latencia y lo haremos de este modo:
- Reduciremos tras la floración, el riego poco a poco hasta interrumpirlo.
- Una vez seco eliminaremos las hojas secas y colocaremos la maceta en un sitio fresco y luminoso donde no se pueda mojar el sustrato.
- A partir de septiembre sacaremos el bulbo y lo plantaremos con un nuevo ‘sustrato de exterior’ o ‘sustrato universal’ y reiniciaremos el riego poco a poco. Pronto veremos como el follaje comienza a desarrollarse.
- Cuando el crecimiento vegetativo sea evidente podemos comenzar a abonar la planta.
- Su floración se producirá hacia febrero.
Cuidados del Cyclamen en el jardín.
Se trata de una planta de exterior muy rústica y con escasos cuidados puede durar varios años en el jardín hasta llegar a naturalizarse en él.
A la hora de su plantación elegiremos una zona de semi sombra y fresca. Esto no permite también embellecer espacios donde otras plantas de flor con necesidades de ambiente más cálido no vegetan bien.
Antes de su plantación debemos asegurarnos de que la tierra esté bien mullida, fértil y que drene bien para evitar encharcamientos.
Si el terreno es pobre, para mejorarlo podemos aportarle entre un 15 a un 25% de un sustrato tipo plantación según la calidad de la tierra existente en el jardín. Si es muy pesado le aportaremos arena de río lavada para mejorar su aireación.
Normalmente se plantan varias unidades para crear atractivas zonas de color. Elegir plantas de una misma variedad para que el imparto cromático sea más espectacular.
Su densidad de plantación será la que nos proporcione el tamaño de la planta adquirida, no suele desarrollar mucho más tamaño en el tiempo. Por ejemplo, si vemos que con cinco plantas por metro cuadrado quedan bien,… esa será la cantidad que debemos plantar y no menos.
Durante su plantación, procuraremos enterrar el cepellón dejándolo al mismo nivel que venía en la maceta ya que si enterramos su tubérculo excesivamente puede pudrirse por exceso de humedad.
Lo ideal es regar nuestros ciclámenes por riego localizado, pero si lo hacemos con manguera o aspersión, simplemente debemos tener la precaución de hacerlo de forma que la planta no llegue mojada a la noche.
En cuanto a su abonado podemos utilizar el mismo que empleemos durante el mantenimiento del jardín.
El Cyclamen persicum no necesita poda, aunque es muy recomendable ir eliminando sus flores marchitas. Estas las retiraremos estirando con un golpe seco.
El Cyclamen… una planta de interior y de exterior, con flores llamativas, con hojas de aspecto peculiar… en definitiva, una planta de flor con grandes posibilidades ornamentales.