En el mundo de la jardinería ornamental, pocas plantas combinan tan magistralmente la rusticidad extrema con una elegancia visual tan delicada como la Perovskia atriplicifolia.

Esta es una especie que los botánicos han reclasificado recientemente, pero que los jardineros seguimos valorando por su inquebrantable resistencia y su espectacular floración azulada.

Usos de la Perovskia atriplicifolia.

Esta especie destaca por su capacidad para integrarse en diversos estilos paisajísticos. La encontramos habitualmente en las secciones de plantas aromáticas o vivaces, y su plasticidad nos permite ubicarla tanto en macetas y rocallas como formando borduras o macizos.

Desde una perspectiva de diseño, recomendamos plantarla en grupos de tres para proporcionar un aspecto ideal y natural al paisaje. Funciona especialmente bien como una «isla» visual en medio del césped, pero donde realmente brilla es en compañía de gramíneas ornamentales.

Esta asociación aporta naturalidad y movimiento al conjunto. Si buscamos contrastes cromáticos sofisticados, sugerimos mezclarla con plantas de follaje dorado como la Stipa o combinarla con Agapanthus blancos o morados.

Además, su tolerancia a la sequía la convierte en una candidata fantástica para la xerojardinería o jardinería de bajo mantenimiento. En el ámbito del huerto urbano, cumple una función ecológica vital: atrae a abejas y mariposas, garantizando así la polinización de nuestros cultivos.

El origen de la Perovskia atriplicifolia.

Originalmente, esta planta recibió el nombre de Perovskia en homenaje al general ruso Vasily Alekseevich Perovsky. Proviene de las estepas y colinas de Asia central, concretamente del Tíbet. Pertenece a la extensa familia de las Lamiaceae.

Es importante actualizar nuestra nomenclatura técnica. Un estudio de la International Association for Plant Taxonomy publicado en 2017, tras comparar secuencias de ADN, determinó que el género Perovskia debía integrarse dentro del género Salvia.

Así, la especie que conocíamos como Perovskia atriplicifolia (su basónimo) ha pasado a denominarse científicamente Salvia yangii. Sin embargo, el nombre común «Salvia rusa» ya nos anticipaba este estrecho vínculo genético.

Aunque el nombre botánico cambie por decisión de los taxónomos, difícilmente desaparecerá su nombre popular entre los aficionados.

Perovskia atriplicifolia de Maqu

Perovskia atriplicifolia ‘Blue spire’

Todas las variedades que se han obtenido difieren principalmente en la forma de las hojas y la altura de la planta.

Mención aparte merece la variedad ‘Blue Spire’, la más utilizada en jardinería pública y privada. Los expertos consideran este cultivar un híbrido entre Salvia abrotanoides y Salvia yangii, obtenido originalmente en Alemania por Notcutts Nurseries en 1961.

Aunque en España no pierde la hoja, es un arbusto caducifolio de hojas aromáticas en verde grisáceo y floración azulada que aparece desde principios de verano hasta mediados de otoño.

Características de la Perovskia atriplicifolia.

Estamos ante un subarbusto semileñoso de crecimiento rápido y porte irregular que puede alcanzar entre 50 y 120 cm de altura.

Aunque su aspecto general es herbáceo, posee tallos rectangulares cubiertos de glándulas que le confieren un característico tono plateado, especialmente visible en invierno.

Sus hojas, dispuestas en pares opuestos, presentan un color verde grisáceo y una forma pinnatipartida, con bordes que pueden ser ondulados o dentados según la variedad. Al estrujarlas, liberan un intenso perfume que recuerda a una mezcla entre salvia y lavanda.

Dependiendo de la severidad del clima, la planta se comporta como caducifolia o perenne; en la zona mediterránea suele conservar el follaje.

La floración es sin duda su mayor atractivo. Desde mediados de verano hasta bien entrado el otoño, la planta produce pequeñas flores tubulares bilabiadas, de color azul a violeta, agrupadas en panículas.

Son tan profusas que, observadas desde lejos, recuerdan a una fina bruma azulada. Posteriormente, desarrolla frutos consistentes en núculas ovales de color marrón oscuro.

Perovskia atriplicifolia

Cuidados de la Salvia yangii.

Para garantizar un desarrollo vigoroso de la Salvia yangii, debemos prestar atención a los siguientes factores de cultivo.

Para una floración abundante, ubicaremos la planta a pleno sol. En zonas mediterráneas de calor excesivo, agradece la semisombra. Es una planta extremadamente rústica, capaz de tolerar heladas de hasta -34ºC; el frío solo estropeará el follaje sin afectar a la estructura vital de la planta.

Prefiere suelos ligeros y ricos en materia orgánica, pero tolera diversas condiciones siempre que exista un drenaje perfecto. No soporta el encharcamiento.

Si la cultivamos en maceta, utilizaremos un sustrato universal e incorporaremos obligatoriamente una capa de grava o arcilla expandida en el fondo para asegurar la evacuación del agua.

Ni regar, ni abonar en exceso.

Su raíz primaria profunda le otorga una gran resistencia a la sequía. Debemos regar con moderación, ya que el exceso de agua daña las raíces y favorece la aparición de hongos. Incluso soporta la exposición directa al mar en climas mediterráneos.

Es una planta frugal que no necesita fertilización excesiva. Como mucho, aportaremos un abono mensual para plantas de flor durante la época de floración.

Muchos jardineros adoran esta planta por la sencillez de su poda. A finales de invierno, cuando cese el riesgo de heladas, podaremos la planta casi a ras de suelo (siempre por encima de una yema) para que brote con fuerza en primavera.

Durante la temporada, eliminaremos las inflorescencias marchitas para alargar la floración hasta dos o tres meses.

Podemos propagarla mediante semillas en primavera o por esquejes. Recomendamos la propagación vegetativa (esquejes) para asegurar que las nuevas plantas conserven las características de la variedad madre.

Plagas y enfermedades de la Perovskia atriplicifolia.

La Salvia yangii o Salvia rusa tiende a ser una planta suficientemente resistente a las plagas y enfermedades que habitualmente se dan en los jardines o en macetas.

Es muy rústica por lo que en un principio no nos debe de preocupar este apartado.

Lo que realmente es un problema es el exceso de agua que hace que aparezcan hongos con la consiguiente pudrición de la planta.

En definitiva, la Perovskia atriplicifolia es una aliada perfecta para el jardinero moderno: bajo mantenimiento, alta resistencia y una belleza silvestre que transforma cualquier espacio verde.

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