La Lavandula angustifolia, comúnmente conocida como espliego o lavanda inglesa, es ideal para utilizarla en setos bajos, borduras de caminos, senderos o bordes de jardines debido a su forma compacta y su intenso y agradable aroma.

Son plantas aromáticas ideales para disfrutar en maceteros aislados o para crear con ellas bellos macizos de flores junto con otras plantas perennes y anuales para proporcionar altura, estructura y fragancia.

Su alta resistencia a la sequía y su capacidad para crecer en suelos pobres la convierten en una excelente opción para jardines de rocalla, donde puede agregar un toque de color y su perfume característico incluso en las condiciones más difíciles.

Para los amantes de los jardines diseñados para atraer vida silvestre beneficiosa, la Lavandula angustifolia es una planta indispensable, ya que resulta enormemente atractiva para las abejas y las mariposas, fomentando la polinización.

Dado que es originaria de la cuenca mediterránea, se adapta perfectamente a los jardines de este estilo, donde puede añadir autenticidad, belleza y un aroma inconfundible.

Su follaje, que tiende a formar matas compactas, la hace adecuada para la poda, permitiendo mantener una forma redondeada y densa.

El origen del Espliego o Lavanda inglesa.

Su nombre científico es Lavandula angustifolia y pertenece a la familia de las Lamiaceae.

Es originaria de la región mediterránea, especialmente de las zonas montañosas y soleadas de España, Francia e Italia.

Sus nombres comunes más populares son espliego, lavanda común o lavanda inglesa.

Características de la Lavandula angustifolia.

En su madurez, es una planta de porte arbustivo y muy aromática, con ramas de aspecto leñoso en la base que pueden alcanzar entre 50 y 90 centímetros de altura.

Sus hojas son estrechas, alargadas, de color verde grisáceo y nacen de forma opuesta a lo largo de los tallos. A diferencia de otras lavandas, sus bordes son lisos (enteros).

Toda la planta desprende un perfume intenso y relajante, especialmente al rozarla. Se caracteriza por su follaje de color verde grisáceo y sus flores de tonos azul-violáceo que se elevan en espigas delgadas y ramificadas.

La floración se concentra principalmente en primavera y verano, especialmente entre mayo y julio. Se desarrolla en inflorescencias en forma de espigas compactas con flores pequeñas y tubulares de un característico color azul-violáceo.

Sus frutos son pequeñas núculas que quedan encerradas en el cáliz de la flor una vez esta se ha secado.

Cuidados de la Lavandula angustifolia.

Es muy resistente al calor y a las altas temperaturas, por lo que su ubicación ideal es a pleno sol.

Crece de forma natural en terrenos calcáreos, pedregosos y secos, por lo que no necesita suelos especialmente fértiles para prosperar.

El riego es el punto más crítico. Una planta establecida en el jardín apenas necesita riego, salvo en sequías extremas. En maceta, regar solo cuando la tierra esté seca. Es preferible quedarse corto que pasarse. Durante el primer año, regar 1-2 veces por semana para ayudar a su establecimiento.

Al igual que la mayoría de las especies de lavanda, requiere un drenaje excelente. Si el suelo del jardín es arcilloso y tiende a encharcarse, es fundamental mejorarlo aportando arena o grava.

Plantarla en zonas elevadas o rocallas es también una excelente opción para garantizar que el agua no se acumule en las raíces.

Aunque aguanta bien el calor, también es resistente a heladas moderadas, lo que permite su cultivo en jardines con inviernos algo fríos.

No es necesario abonarla en el jardín. En maceta, se puede usar un fertilizante para plantas de flor muy diluido una o dos veces en primavera.

Su crecimiento es relativamente rápido. Se recomienda una poda ligera justo después de la floración principal para mantener la planta compacta y favorecer una posible segunda floración.

Se puede realizar una poda más intensa a principios de la primavera para rejuvenecer la planta, pero siempre evitando cortar la madera vieja, ya que podría no volver a brotar.

Con el tiempo, las matas tienden a volverse leñosas, por lo que se suele recomendar reemplazarlas cada 5-6 años para mantener su vigor.

Se puede reproducir por semillas a principios de primavera, aunque las plantas pueden tener variabilidad. El método más fácil y fiable para el jardinero es por esquejes semileñosos a finales de verano, asegurando así obtener una planta idéntica a la original.

Plagas y enfermedades de la Lavandula angustifolia.

La Lavandula angustifolia es una planta muy rústica y con pocas exigencias sanitarias. De hecho, su intenso aroma actúa como repelente natural para pulgones y otros insectos perjudiciales para las plantas vecinas.

El principal problema que puede afectarla es la podredumbre de la raíz, causada por hongos como Phytophthora debido a un exceso de riego o un mal drenaje.

Para mantenerlas sanas, la clave es asegurar que crezcan a pleno sol, con un suelo que drene perfectamente y aplicando un riego moderado, dejando secar la tierra entre riegos.

Si sus raíces crecen sanas, el resto de la planta también lo hará.

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