Cynara scolymus es su nombre científico, una delicia para el paladar.
Con la llegada de los meses fríos del año, una de las hortalizas estrella de temporada es la alcachofa (Cynara scolymus). Cultivada en nuestro huerto urbano, podremos recolectar sus capítulos desde finales de otoño hasta principio de primavera.
El origen de la alcachofa.
La búsqueda de información sobre el origen de la alcachofa como cultivo hortícola, nos indica que fueron los visigodos, quienes introdujeron algunas plantas en España, si bien no se puede afirmar con total certeza.
Sí, está constatado que son originarias de la región mediterránea. También se tienen indicios de su cultivo por parte de los íberos, así como que los musulmanes españoles trabajaron sus primeras selecciones para su cultivo.
También las de los italianos en la Edad Media, que en el tiempo han dado como resultado, que sean las progenitoras de una gran parte de las variedades actualmente cultivadas.
Si bien tradicionalmente, la alcachofa se ha cultivado por toda la cuenca mediterránea, actualmente su cultivo está extendido por gran parte del mundo, especialmente en América.
¿Cómo es la planta de alcachofera?
La alcachofera es una planta vivaz, cuyo nombre científico es Cynara scolymus y que pertenece a la familia Compositae.
Sus raíces son gruesas y alargadas, bastante crasas, por lo que estas reservas de agua le permiten aguantar ligeros periodos de sequía.
Esta planta vivaz posee un rizoma del que parte una raíz carnosa con capacidad de almacenar reservas. De este rizoma crecen unos tallos más bien cortos del que nacen sus hojas en disposición de roseta.
De esta masa vegetal y coincidiendo con un cambio morfológico de sus hojas, produce tallos más gruesos y erguidos que se alargan y ramifican, produciendo las inflorescencias en capítulos (inflorescencias). Estos, cuando aún están cerrados y tiernos, son la parte comestible de esta planta, la denominada alcachofa.
Este capítulo o inflorescencia, también se le llama coloquialmente cabeza. Una vez abiertas y, por lo tanto, no consumible, se observa que pueden contener de 700 a 1.500 flores nectaríferas, atrayendo a las abejas para su polinización.
Cultivo de la alcachofera.
Para iniciar el cultivo de la alcachofera puede hacerse partiendo de semilla o comprando directamente las plantas ya enraizadas o germinadas en pequeñas macetas. Esta última es la mejor opción porque nos permite iniciar el cultivo con las plantas ya aseguradas.
La empresa comercializadora de plantas Poleplants, suministra a los centros de jardinería, además de plantas ornamentales, plantones de frutales y plántulas hortícolas para su cultivo en huertos urbanos.
En el caso de alcachoferas, plántulas ya con un sistema radicular formado y parte de su vegetación.
Cuidados de la alcachofera.
Se plantará en la zona destinada a huerto en el jardín, aunque también se puede plantar en contenedores de gran formato.
La alcachofera puede vivir durante varios años, ofreciendo su cosecha durante los meses más frescos del año.
Su plantación debe hacerse entre finales de julio y primera quincena de agosto. Si se planta en el terreno, cada plántula tendrá un marco de plantación de alrededor de un metro entre líneas y entre 70 y 80 centímetros entre plantas.
Si se planta en un contenedor, este debe tener un diámetro de 40 a 50 centímetros mínimo y alto, con gran capacidad de sustrato, porque va a vivir en ella varios años. En este caso, también plantaremos una sola plántula por contenedor.
Su exposición debe ser a pleno sol y con un sustrato ligero, con una buena parte de tierra de campo en su composición, y que posea buen drenaje.
Una vez plantada, se le da riegos regulares sin exceso y abonados con fertilizantes del tipo 18-12-24 enriquecido con oligoelementos, a una dosis de 1 gramos por litro una vez a la semana aproximadamente.
Según la climatología y estado del cultivo, a los dos meses y medio de su plantación, ya pueden comenzar a dar sus primeras alcachofas.
Si tenemos varias plantas y se acumula la producción, no es un problema, sino todo lo contrario, recolectarlas en tamaños pequeños es todo un manjar por ser muy tiernas y sabrosas.
Con la llegada del calor, sobre finales de abril y principio de mayo, la alcachofera deja de florecer, y si lo hace, sus capítulos son de mala calidad. Es entonces cuando debemos reducir sus riegos hasta incluso prescindir de ellos.
La alcachofera comenzará su reposo veraniego (agostamiento) y durante el mes de junio o julio, se podará hasta dejar simplemente la base de su tallo. Sobre finales de julio se comenzarán los riegos y volverá a brotar, comenzando nuevamente su ciclo.
Plagas y enfermedades de la alcachofera.
Entre las principales plagas que se pueden presentar durante el cultivo de la alcachofa se encuentran las orugas. Estas suponen un grupo en el que destaca el barrenador de la alcachofa (Gortyna xanthenes o Hydroecia xanthenes).
También hay que prestar atención a las plagas defoliadoras, como la rosquilla negra (Spodoptera littoralis) y la rosquilla verde (Spodoptera exigua). Sin olvidar los caracoles y babosas.
También ataca a la alcachofa, la plaga llamada minador o submarino de la alcachofa (Lyriomyza trifolii y Lyriomyza huidobrensis).
Respecto a las enfermedades que pueden atacar a la alcachofa a nivel foliar, hay que destacar la Leveillula taurica u oidiopsis, la Ramularia cynarae, Ascochyta hortorum, Alternaria y Bremia lactucae.
En cuanto a las enfermedades de cuello y raíz en la alcachofera, se encuentran la Rhizoctonia solani y Verticillium dahliae, que pueden producir fallos en el arraigue tras la plantación.
Como ves, cultivar tus propias alcachofas en tu terraza, patio o jardín es fácil. Comienza con una o varias plantas y seguro que serán la delicia de toda la familia y amistades.