Sus flores son de las más bellas por su perfume espectacular.

La Gardenia jasminoides es una planta hermosa que si le ofrecemos los cuidados que necesita funcionará perfectamente.

Desde luego que donde esté no pasa desapercibida por la brillantez de su follaje y sus delicadas y perfumadas flores blancas, da igual que esté ubicada directamente en un jardín, en un patio, una terraza o un balcón.

La Gardenia jasminoides las podemos comprar como planta ornamental en maceta en los meses de marzo a mayo, en formas y tamaños muy variados.

“Dos gardenias para ti, con ellas quiero decir: te quiero, te adoro, mi vida. Ponles toda tu atención porque son tu corazón y el mío…”. ¿Quién no ha oído cantar o ha cantado alguna vez, el famoso bolero de Antonio Machín? Este cantante puso a esta perfumada flor en la letra de uno de los más bellos boleros y con ello en el recuerdo sentimental y romántico de varias generaciones.

El origen de la Gardenia jasminoides

La Gardenia jasminoides es originaria del sur de China y tiene como nombre común Jazmín del Cabo. El género Gardenia spp. pertenece a la familia de las Rubiáceas, que abarca unas 200 especies tropicales y subtropicales asiáticas y africanas, siendo la especie más común la Gardenia jasminoides.

La Gardenia debe su nombre al naturalista escocés Alexander Garden (1730-1791). Esta flor causaba furor en Europa en el siglo XVIII.

En China, la Gardenia jasminoides, simboliza la gracia femenina, la sutileza y el mérito artístico. Regalar su flor significa amor, paz, espiritualidad, armonía y energía.

Plantas de Gardenia jasminoides

¿Cómo es la Gardenia jasminoides?

La Gardenia jasminoides es un arbusto perenne, que puede alcanzar cultivado en maceta una altura de hasta el metro y medio, alcanzando mayor altura si es plantado en suelo.

De porte redondeado desde su base presenta tallos leñosos muy ramificados y en ellos sus hojas son opuestas, de aspecto coriáceo con forma alargada y de un color verde intenso muy brillante, algo más claro en el envés.

A mediados de primavera y hasta septiembre nos ofrece unas preciosas flores blancas o crema de un profundo y exquisito perfume que al envejecer amarillean. Estas flores son solitarias con la corola doble o semidoble que disponen de entre cinco y doce pétalos, muy parecidas a las rosas en su morfología. En cambio su intenso y dulce fragancia nos recuerda a la potencia aromática del jazmín.

Cuidados de la Gardenia jasminoides

Salvo en lugares como Galicia, Asturias, Cantabria, Euskadi… donde con la humedad ambiental alta puede estar a pleno sol todo el tiempo, su ubicación ideal, en las zonas más cálidas será la semisombra. Si la tenemos en el interior debe estar fresca, bien ventilada y muy bien iluminada, debe recibir la suficiente luz para que no pierda su follaje y florezca de forma correcta.

En el exterior agradecerá un lugar algo resguardado, donde esté protegida del frío, ya que no tolera las heladas.

Al ser una planta acidófila le gustan los suelos ácidos con un pH en torno a 5 y con un elevado contenido de materia orgánica. En el mercado encontraremos sustratos especiales para plantas acidófilas que nos servirán tanto para su plantación en maceta, como para mejorar el suelo, al que incorporaremos antes de su plantación también un abono de liberación lenta. No tolera los encharcamientos por lo que debe tener muy buen drenaje, tanto si está en suelo como en maceta. En este último caso le incorporaremos en el fondo de la maceta, grava o arcilla expandida para que tenga buen drenaje.

Botón floral de Gardenia jasminoides

La Gardenia jasminoides necesita humedad constante y gran cantidad de agua entre primavera y otoño, en especial durante su floración, evitando que se encharque porque esto favorecería la aparición de enfermedades o la asfixia radicular. Cuando son muy altas las temperaturas agradece que rociemos su follaje evitando mojar sus flores. En el interior las macetas con autoriego son ideales.

Al ser una planta acidófila, la cal en el agua de riego no le irá muy bien, por lo que puedes colocar agua en un recipientes durante 1 o 2 días para que el calcio se deposite en el fondo, después vamos cogiendo el agua con cuidado de no remover el agua o también podemos llenar un recipiente con agua y echarle unas tres gotas de vinagre dejando reposar toda la noche y regando al día siguiente.

El agua destilada del aire acondicionado también te vale para el riego de las plantas de este tipo ya que no contiene cal, como tampoco nutrientes. Y te vale porque en los riegos, cada quince días le debemos proporcionar un abono especial para plantas acidófilas a la dosis recomendada por el fabricante. Si se notara a pesar del abonado que las hojas amarillean y los nervios continúan verdes es una evidencia de falta de hierro (clorosis férrica), por lo que le aportaríamos quelato de hierro de forma puntual.

Cuando la planta necesite de un trasplante de maceta, utilizaremos el mismo tipo de sustrato, especial para plantas acidófilas y una maceta algo mayor. Debemos saber que las raíces de las plantas tienden a desarrollarse en más cantidad sobre el perímetro del nuevo recipiente, por lo que la maceta debe ser algo mayor pero no en exceso. Además de aportar el abono de liberación lenta, si observamos síntomas de clorosis le añadiremos también hierro en forma de quelato. No olvidemos en el fondo poner la capa de grava o arcilla expandida para un buen drenaje.

Al final del invierno, podemos recortar las ramas para producir más brotes y que el follaje gane densidad.

La propagación de la Gardenia jasminoides se puede realizar por medio de varias técnicas, entre las que destacan la multiplicación por esquejes apicales, técnicas in vitro o por acodo.

Flor blanca de Gardenia jasminoides

Plagas, enfermedades y fisiopatías de la Gardenia jasminoides

Debemos estar alertas a las posibles plagas que puedan atacar a nuestra Gardenia jasminoides. El pulgón, la cochinilla, la mosca blanca o la araña roja no son nada raros de encontrar en estas plantas y suelen aparecer cuando la temperatura comienza a ser alta. Podemos aplicar un tratamiento preventivo con un insecticida-acaricida para evitarlas, mojando bien los brotes más jóvenes y el envés de las hojas.

En cuanto a enfermedades la aparición de hongos sería por exceso de agua y humedad. Un buen fungicida de forma preventiva y controlar el sustrato y la humedad alejarán a nuestra Gardenia jasminoides de padecerlos. Debemos mantener además la planta bien fertilizada y en un ambiente aireado y bien iluminado.

Luego podemos encontrar fisiopatías como clorosis en las hojas por la falta de hierro debido al pH incorrecto de la tierra. Por eso es importante mantener el pH ácido inicial que conseguimos utilizando el sustrato para plantas acidófilas y procurando no modificarlo a la hora del riego (no calcárea) y el abonado (no alcalino). Si ocurre ya hemos mencionado que le aplicaremos -como medida urgente- el mencionado abono en forma de quelato.

Falta de luz, temperaturas demasiado altas o falta de riego harán que las flores caigan, incluso antes de su apertura, cayendo también las hojas si esto es llevado al extremo. También un exceso de riego hará que el follaje se pierda por asfixia radicular.

La flor de la Gardenia jasminoides es la que mejor representa una de las mejores formas de revelar un amor.

Idiomas »