Crea ‘vivas’ manchas de color en la formación de parterres en el jardín. Su impactante color destaca especialmente sobre zonas de césped

Esta planta enclavada dentro del grupo de plantas de temporada de otoño e invierno, se cultiva como anual y se desecha después de florecer, por lo que tiene una vida ornamental entre los tres y cinco meses de media.

Es muy utilizada en jardinería por su colorido, para la creación de parterres, en especial en invierno donde su colorido impacta, aunque su floración se produce durante casi todo el año, dependiendo de la siembra.

En macetas y jardineras es ideal, por lo que en los balcones, terrazas y patios podemos disfrutarla en solitario o en combinación con otras plantas. Incluso en el interior de nuestro hogar con muy buena iluminación resulta muy decorativa.

Como flor cortada puede tener cabida en ciertos arreglos florales, pero digamos que su presencia en este apartado es testimonial.

A destacar que la Calendula officinalis es además, una de las plantas aliadas para mantener nuestros huertos urbanos más sanos. Plantadas entre las líneas de cultivo, tienen la peculiaridad de ahuyentar a diferentes insectos, contribuyendo a mantener a nuestros cultivos hortícolas más sanos de forma ecológica.

El origen de la Calendula officinalis

El género Calendula comprende entre 12 a 20 especies de hierbas anuales o perennes, aunque se cree que todos los tipos de Calendula comerciales derivan de la especie Calendula arvensis.

Este género además de por su valor ornamental es muy conocido por sus virtudes medicinales realmente importantes. Y aunque existen muchas especies nos centraremos en la más comercial y conocida: la Calendula officinalis.

Calendula officinalis en parterre

Calendula officinalis es su nombre técnico y pertenece a la familia Asteraceae, siendo originaria de Egipto y pasando a cultivarse en todo el mundo después de la entrada de esta planta en Europa durante el siglo XII.

Es conocida de forma popular como Caléndula, Botón de oro, Gauchas, Corona de rey, Flamenquilla, Copetuda, Maravilla, Marigold, entre otros nombres. A propósito del nombre Marigold, se dice que data de la Edad Media donde se asociaban las doradas flores de la Caléndula a la Virgen María. ‘Gold’ significa oro en inglés y de ahí su denominación de Mary Gold que derivó finalmente en Marigold.

¿Cómo es el Calendula officinalis?

La Calendula officinalis es una planta herbácea anual, por lo que se desecha después de la floración. Alcanza una altura de entre 30 a 50 cm, según la variedad. Forma como una roseta basal de hojas en verde intenso que forman densas masas vegetales que cubren entre ellas las zonas que quieras ajardinar. De esa base se desarrollan los tallos angulosos ramificados.

Sus hojas de color verde intenso son alargadas (oblongo) y lanceoladas (terminando en punta), crecen alternas y llegan a medir los trece centímetros, son algo pegajosas y poseen un aroma característico.

En los extremos de los tallos hallamos las flores, que son inflorescencias de un diámetro de entre tres y seis cm. Curiosamente, comparado con las demás plantas de temporada, el surtido de color varietal es muy escaso, este se limita al amarillo, naranja y mezcla en sus diversas gamas tonales según la variedad.

Calendula officinalis, flor naranja

Cuidados de la Calendula officinalis

Su ubicación ideal será a pleno sol donde florecerá de forma abundante y con gran intensidad de color. Tolera bien la semisombra también, de hecho bajo árboles poco frondosos se desarrolla sin problemas.

Prefiere clima templado pero puede soportar alguna helada moderada porque resiste temperaturas hasta los -3ºC.

La Calendula officinalis puede crecer en suelos relativamente poco fértiles, aunque se desarrollará mejor en aquellos ricos en materia orgánica. Debe tener tanto si está en suelo como en maceta muy buen drenaje. Si el suelo del jardín no es poroso, le aportaremos arena de río lavada. Si queremos trasplantarla para realizar composiciones utilizaremos un sustrato universal o para plantas de exterior.

Aunque soporta sequías poco prolongadas, la Calendula officinalis requiere de una humedad constante, si bien los riegos no serán frecuentes porque nos encontramos en la época más fría del año y las lluvias también se suelen presentar de forma habitual.

Es una planta de la que nos interesa su floración en especial, por lo que el abonado será rico en potasa y fósforo para mantener las plantas fuertes y con abundantes flores.

Debemos ir retirando las inflorescencias cuando estén marchitas, cortando el tallo desde la base.

La Caléndula officinalis se reproduce por semilla a finales de verano. Sus flores pueden darnos grandes cantidades de semillas, aunque no nos servirá para multiplicarla. Sí germinarán y tendremos Caléndulas para plantar en nuestro jardín, pero la calidad de estas no será la misma y el motivo es, que se trata de variedades híbridas, por lo que para obtener el mismo resultado tendríamos que acudir a los mismos parentales y protocolos de fecundación para obtener esa misma variedad, esa misma calidad.

Como curiosidad, algunos escritos dicen que las flores de la Caléndula se solían utilizar como azafrán ‘de pobres’, ya que aportan sabor y color a los guisos. Sus pétalos son muy apreciados en la industria farmacéutica por sus numerosas propiedades antiinflamatorias, antisépticas, calmantes y antibióticas, por eso ‘su apellido de officinalis’.

Calendula officinalis en amarillo y naranja

Plagas y enfermedades de la Calendula officinalis

Aunque al principio comentamos que es una planta que es capaz de ahuyentar a diferentes insectos, no quiere decir que no se vea afectada por algunos, principalmente por cultivos colindantes.

Respecto a plagas, a la Calendula officinalis le puede atacar el pulgón que deformarían las hojas por atacar los brotes tiernos. También le puede atacar las larvas de la mosquita Phytomiza que ocasiona con sus galerías la pérdida de la floración. La mosca blanca y las orugas también suelen ser huéspedes habituales.

Todas estas plagas, se pueden evitar realizando tratamientos preventivos con un insecticida sistémico, salvo si tenemos en el jardín caracoles y babosas, para los cuales debemos emplear antilimacos, que son cebos envenenados.

En cuanto a enfermedades, es una planta muy susceptible al exceso de humedad. Le puede afectar la Botrytis en caso de frío y humedad alta, así como el Oidium y distintos hongos como la Cercospora, Colletotrichum o la Alternaria sp., que se manifiestan con manchas en las hojas. A nivel de tallo puede aparecer la Rhizoctonia y la Sclerotinia que pueden causar la podredumbre del tallo.

La solución es evitar la humedad excesiva dentro de lo posible y mantener las plantas bien nutridas y aireadas. En caso de aparecer cualquier enfermedad debemos realizar tratamientos con un fungicida.

Cuando otras flores no pueden lucir durante el invierno, la Caléndula officinalis lo hace a lo grande

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