La Vinca rosea o Catharanthus roseus es una planta de flores simples y alegres colores, es el tesoro de Madagascar para un jardín sin fin.

La Catharanthus roseus, es una de las plantas ornamentales más versátiles y apreciadas en jardinería, especialmente para aquellos que buscan un impacto visual duradero.

Gracias a su larga y colorida floración, la Vinca rosea se ha consolidado como un recurso imprescindible en el diseño de jardines, balcones y terrazas.

Su capacidad para florecer de manera ininterrumpida desde la primavera hasta las primeras heladas la convierte en una candidata perfecta para embellecer cualquier espacio.

Cada temporada salen al mercado variedades nuevas que mejoran su capacidad de brotación, tamaño de sus flores y variedad de colores.

Es una elección ideal para la creación de macizos de flores, donde forma densas alfombras de color que pueden combinarse con otras especies para lograr efectos visuales impactantes.

También es ampliamente utilizada para el diseño de arriates, donde su porte compacto y erguido la convierte en una compañera perfecta para otras plantas, creando una armonía de formas y texturas frente a un muro o fondo.

Adicionalmente se utiliza mucho en jardineras colgantes para la creación de setos y borduras con la finalidad de construir muros vegetales decorativos que además sirven de cortavientos y proporcionan intimidad, separan ambientes, delimitan zonas del jardín aportando un aire desenfadado y vibrante a cualquier ambiente.

Es importante destacar que, además de su función estética, esta planta ha captado un gran interés en el ámbito de la medicina. De sus hojas se extraen alcaloides como la vincristina y la vinblastina, utilizados en el desarrollo de tratamientos farmacológicos. Sin embargo, no se aconseja su uso casero debido a la toxicidad de algunas de sus sustancias.

Catharanthus roseus MaQu en maceta de 13 cm

El origen de la Vinca rosea.

Originaria de la isla de Madagascar, la Catharanthus roseus pertenece a la familia de las Apocynaceae. Su nombre científico ha generado una notable confusión a lo largo del tiempo, ya que históricamente se la conoció como Vinca rosea.

Esta denominación obsoleta aún persiste en el lenguaje popular, pero es fundamental diferenciarla de las especies del género Vinca spp. propiamente dicho (como la Vinca major o Vinca minor), que son plantas rastreras. Esta precisión es crucial para evitar errores en la identificación y cuidado de las plantas.

Cambio de nombre.

Hasta llegar al nombre botánico de Catharanthus roseus, tuvieron que intervenir varios botánicos, ya que esta especie conocida comúnmente en los países de habla inglesa como periwinkle o pervinca de Madagascar, ha recibido tres nombres científicos: Vinca rosea, Lochnera rosea, Catharanthus roseus.

Razón por la que Stearn en 1966 investigó para determinar qué nombre era el correcto, y encontró que desde 1920 los botánicos habían acordado adoptar para la flora de las Apocinaceas de las Indias Occidentales el nombre de Catharanthus roseus (L.) G. Don.

Ludwing Reichenbach fue el primero en 1928 que reconoció que la Vinca rosea L. poseía caracteres diferentes a la Vinca propiamente dicha, por lo que debía incluirse en otro género, proponiendo el nombre genérico de Lochnera.

En 1948, Pichon reseñó 34 diferencias entre Lochnera y Vinca. En 1835 George Don había designado por Catharanthus al género tipificado por Vinca rosea, por lo tanto Catharanthus que G. Don publicó en 1835 tenía prioridad sobre Lochnera.

Fundamentado en lo anterior, Stearn planteó en 1966 que el nombre correcto debía ser Catharanthus roseus (L.) G. Don; familia Apocinaceae, subfamilia Plumerioideae, tribu Alstonieae.

Catharanthus roseus MaQu en tarrina de 22 cm

Resumiendo, Vinca rosea y Catharanthus roseus son dos nombres para la misma especie. El primer nombre es histórico y ya no se usa en la nomenclatura botánica moderna. El segundo es el nombre científico válido.

En el ámbito popular, esta planta es conocida por una gran variedad de nombres, como vinca de Madagascar, teresita, príncipe, vinca tropical, vinca rosa, carantus, periwinkle, pervinca de Madagascar, dominicana, pervinca rosa…

Descripción botánica de la Vinca rosea.

La Catharanthus roseus es una planta perenne de porte herbáceo que, aunque puede alcanzar hasta un metro de altura en su hábitat natural, se cultiva habitualmente como anual en climas templados. Con el tiempo, sus tallos pueden volverse ligeramente leñosos en la base.

Sus hojas son un rasgo distintivo, de un verde brillante y con una textura cerosa. Tienen forma ovalada, se disponen de manera opuesta y presentan una nerviación central de un tono más claro que les da un aspecto muy característico.

Las flores son el principal atractivo de la planta. Con cinco pétalos, se presentan en una amplia gama de colores que va desde el blanco y el rosa claro hasta el fucsia, el lila, el salmón o el rojo intenso. Es habitual encontrar variedades con un «ojo» o centro de un color contrastante.

Tras la floración, la planta produce un folículo doble de forma alargada que contiene las semillas, asegurando su reproducción.

Cuidados de la Vinca rosea.

Para mantener la Vinca rosea en su mejor estado y obtener una floración exuberante, es crucial atender sus necesidades de forma precisa.

Esta planta es una auténtica amante del sol. Para una floración óptima, requiere de una exposición directa de al menos seis horas al día. En interiores, debe situarse junto a una ventana que reciba la mayor cantidad de luz posible.

Vinca rosea en rojo con centro blanco

No tolera el frío, por lo que las temperaturas ideales para su desarrollo se sitúan entre los 20 y 30 °C. Por debajo de los 14 °C su crecimiento se detiene y es muy sensible a las heladas.

El factor más importante para su cultivo es el drenaje. Requiere un sustrato suelto y ligero, ya que el encharcamiento es su principal enemigo y puede provocar la pudrición de sus raíces.

Un sustrato universal mezclado con arena gruesa o perlita es una excelente opción. El pH ideal del sustrato debe ser ligeramente ácido, entre 5.5 y 6.5.

El trasplante se realiza en primavera, cuando las temperaturas son más cálidas, para permitir que las raíces se establezcan sin estrés.

El riego de la Vinca rosea debe ser moderado. Es preferible esperar a que la capa superior del sustrato se seque antes de volver a regar, evitando siempre el exceso de agua. Durante los meses más cálidos, el riego puede ser más frecuente, pero siempre sin saturar el suelo.

Para estimular la floración, es recomendable abonar la planta cada 10-15 días durante la primavera y el verano con un fertilizante líquido rico en fósforo y potasio, complementado con micronutrientes.

Aunque la Catharanthus roseus no requiere una poda estricta, un simple pinzado de los tallos más jóvenes estimulará la ramificación, creando una mata más densa y compacta.

Se reproduce de manera sencilla por semillas, aunque también es posible hacerlo por esquejes semileñosos.

Catharanthus roseus MaQu en maceta de 13 cm

Plagas y enfermedades de la Vinca rosea.

En general, es una planta muy resistente. Sin embargo, en ambientes con exceso de humedad o mala ventilación, puede ser susceptible a enfermedades fúngicas como el Pythium, la Rhizoctonia o la Colletotrichum.

Entre las plagas, las más comunes son el pulgón, el trips y las orugas, que pueden controlarse fácilmente con productos específicos.

Esta Vinca rosea pertenece a La Colección MaQu

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