La Hortensia paniculata, no pasa desapercibida por su espectacular floración.

Del género Hydrangea L. existen unas 77 especies aceptadas. La especie Hydrangea paniculata siempre ha estado a la sombra de la otra hortensia, la popular Hydrangea macrophylla, de grandes hojas y de la que provienen la mayoría de los cultivares de Hortensia disponibles en el mercado. Sí hemos dicho Hortensia porque es el nombre común por el que se conoce a estas especies.

Ha sido cultivada en los jardines europeos durante más de un siglo ya que es más resistente y fácil de cuidar que la H. macrophylla. La mayoría de variedades existentes hicieron su aparición en 1950 aunque el aumento se experimentó entre 1970 y 1980.

Es una planta rústica y resistente, que florece durante todo el verano y hasta mediados de otoño, lo que la convierte en una ideal candidata para alegrar el jardín, en una época en la que la mayoría de las clásicas hortensias ya se han marchitado.

Las flores de las hortensias en general se utilizan mucho en el arte floral, con ella se decoran grandes recintos para conmemoraciones especiales. Así que podemos utilizar algunas de sus flores en solitario o junto con otras para decorar con arreglos florales nuestra casa.

Hydrangea paniculata rosa

El origen de la Hydrangea paniculata

La Hydrangea paniculata es originaria de las regiones subtropicales frías y templadas de Japón, China y la Isla de Sajalín (Rusia) donde crece como un arbusto cadudifolio, a altitudes de aproximadamente 1.400 metros. Pertenece a la familia de Hidrangeaceae y se la conoce también como Hortensia de Sol.

La especie Hydrangea paniculata la describió en 1829 por primera vez, el médico y botánico alemán Philipp Franz von Sielbold. Treinta años después, Siebold pudo conseguir la forma cultivada de Hydrangea paniculata, conocida ahora como ‘Grandiflora’, siendo probablemente hasta la fecha la variedad más cultivada.

¿Cómo es la Hydrangea paniculata?

La Hortensia paniculata es un arbusto leñoso, caducifolio, que puede llegar a alcanzar una altura de unos dos metros.

Su porte es erguido con un follaje donde sus hojas son de un color verde intenso brillante con el margen serrado, creciendo dispuestas en pares opuestos o racimos de tres

Las inflorescencias tienen una estructura en forma de cono y están formadas por brácteas que pueden durar hasta ocho semanas, con 4 o 5 sépalos en color blanco, rosa o púrpura en la parte inferior, que se mezclan con fértiles flores más pequeñas de color amarillento.

Es la estructura de la inflorescencia lo que distingue a esta especie de otras hortensias. No es la única, hay otra especie de hojas lobuladas, la Hydrangea arborescens que también tiene las flores dispuestas en panícula.

Como hemos comentado, la Hydrangea paniculata ‘Grandiflora’ es la más cultivada, pero en la lista de favoritas para la jardinería también hay una serie de cultivares y variedades que nada tienen que envidiarla. Tal es el caso de H. paniculata ‘Tardiva’ y la H. paniculata ‘Kyushu’.

Hydrangea paniculata en invierno

Hydrangea paniculata ‘Tardiva’
Esta variedad es una auténtica joya de final del verano hasta mediados de otoño. Sus hojas son ovadas, dentadas, de un color verde oscuro que se vuelve en el otoño de color amarillo a púrpura. Su porte es vertical y puede alcanzar hasta los dos metros de altura. Presenta panículas cónicas puntiagudas con las flores de color blanco estériles cerca de su base, que se van volviendo poco a poco de color rosa violáceo a medida que maduran contrastando muy bien con el follaje.

Hydrangea paniculata ‘Kyushu’
En esta variedad el porte es vertical. Sus hojas de un color verde oscuro brillante son ovadas. Presenta capullos cónicos delgados con florecillas de color blanco cremoso desde finales del verano hasta mediados de otoño.

Cuidados de la Hydrangea paniculata

Recibe el nombre de Hortensia de Sol, porque le gusta la exposición al sol, eso la diferencia de las demás hortensias plantadas fuera de la cornisa cantábrica. Aunque también puede estar en semisombra. En zonas más cálidas intentaremos que esté acompañada de otras plantas para darle esa humedad ambiental que necesita a su alrededor. Es mejor protegerla contra los vientos fríos y secos. Si la tenemos en el interior debe estar fresca, bien ventilada y muy bien iluminada, recibir la suficiente luz para que sus flores adquieran un buen color.

Es importante destacar que es un arbusto muy resistente a las bajas temperaturas, a aproximadamente -30°C, por lo que no es susceptible a las heladas de finales de primavera.

La hortensia se encuentra más cómoda en terrenos ácidos con un pH entre 5.5 y 6, fértiles, ricos en de materia orgánica, que retengan la humedad, aunque no tolera los encharcamientos por lo que debe tener muy buen drenaje, tanto si está en suelo como en maceta. En este último caso le incorporaremos en el fondo de la maceta arcilla expandida o grava para que tenga buen drenaje.

Si el pH no es el comprendido entre 5.5 y 6, lo corregiremos el suelo aportando sustrato para plantas acidófilas al que podemos incorporar un abono de liberación lenta, esto tanto para el trasplante al suelo como a maceta. Además de aportar el abono de liberación lenta si se observa síntomas de clorosis también añadiremos hierro en forma de quelato.

Debemos saber que los cambios de color que sufren las panículas florales de la Hydrangea paniculata, no están relacionadas con el pH del suelo, sino con el cambio de las estaciones.

La Hortensia paniculata es más tolerante a la sequía que otras especies de hortensias, pero eso no quiere decir que le guste el sustrato seco, necesita humedad constante y agua entre verano y otoño, en especial durante la floración, evitando como hemos dicho que se encharque porque esto favorecería la aparición de enfermedades o la asfixia radicular. Agradece que rociemos su follaje cuando la temperatura es muy alta.

A la hora de su abonado, debemos saber que es una planta sensible al agua dura y caliza, eso le provoca clorosis en su follaje. Por ello cada 15, 20 días, excepto en invierno, la abonaremos con un abono especial para plantas acidófilas.

La Hortensia de Sol (Hortensia paniculata) tiene un alto valor ornamental en nuestro jardín porque podemos aprovechar su floración según la estación de forma diferente. Florece en verano y durante el otoño y sus flores van cambiando de color, si no las podamos permanecen como flores secas siendo un elemento decorativo más.

En cuanto a la poda, dejamos pasar todo el invierno y a partir de febrero que comienzan a subir las temperaturas es cuando podaremos esta Hortensia de Sol. Su floración debemos saber que se produce sobre los nuevos brotes del año, por lo que tiene tiempo para crecer y desarrollarse. Así, que podemos realizar la poda dejando los troncos centrales, o las ramas más vigorosas con unas pocas yemas. Si queremos panículas florales de muy grandes, debemos hacer una selección de las ramas más vigorosas y eliminar las más débiles.

Hydrangea paniculata grandiflora

Plagas, enfermedades y fisiopatías de la Hydrangea paniculata

La Hortensia paniculata, como cualquier otra planta de nuestro jardín o terraza, está sujeta a la acción de parásitos animales colindantes a nuestro entorno. Normalmente se presentan a medida que aumentan las temperaturas, y algunos suelen acompañar a nuestras plantas durante buena parte del año.

Debemos estar alertas a las posibles plagas que puedan atacar a nuestra Hortensia paniculata. Digamos que como en cualquier otra planta las principales plagas que la pueden afectar serían la araña roja en verano, la cochinilla algodonosa, los pulgones y los trips. También las orugas y los caracoles son plagas también comunes que además afectan a casi todas las plantas. Para ello tratamientos preventivos con insecticidas y acaricidas los mantendrán a raya.

En cuanto a enfermedades son algunos hongos los que pueden provocar pudrición, manchas, tallos y hojas retorcidos… Un buen fungicida de forma preventiva y controlar el sustrato y la humedad alejarán a nuestra Hortensia de la Botrytis cinérea, el Oidium hortensiae, la Ascochyta hychengeae, el nematodo Ditylenchus dipsaci, Fusarium sp., Cercospora hydrangea, etc. Lo cierto es que el riesgo de enfermedades desaparece notablemente si además la mantenemos bien fertilizada y en un ambiente aireado y bien iluminado.

Luego podemos encontrar fisiopatías. Las hojas de las Hortensias nos muestran a través de sus cambios que pueden tener algo que les perjudica, como clorosis en las hojas y en los botones florales debidas a suelos demasiado calizos. Si descuidamos el riego y le falta agua, sus hojas se rizarán y se tornarán de color marrón.

Gracias a la madurez otoñal de sus flores, cuando nuestro jardín va perdiendo brillo y color, esta variedad de Hortensia se convertirá en nuestra aliada para recuperar el color en nuestros espacios favoritos.

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