Es la conífera para setos y pantallas más utilizada en España.

Esta conífera tiene varios usos, como pantalla cortaviento es ideal y en solitario dispuesto en el jardín donde puede alcanzar una altura de 20 metros y donde resulta muy elegante su forma de cono. Pero en especial interesa a las personas que disponen de una casa tipo de campo o chalé para plantarlos junto a la valla, lo que les proporciona privacidad formando con su entramado una pared visual.

En un jardín de grandes dimensiones se recurre a Cupressocyparis leylandii para crear zonas diferenciadas a modo de pantalla. Es una de las coníferas más utilizadas en parques y jardines por su majestuosidad y elegancia, dotando al lugar de una armonía sin igual.

Como seto, exige un lugar suficiente, pues se recomienda que alcance como mínimo entre 2,5 a 3 m de altura, con una anchura proporcionada. Se debe plantar con un intervalo de entre 80 cm a un metro y podar las caras laterales hasta que el seto alcance la altura deseada. Para setos bajos o medios es demasiado vigoroso.

El origen del Cupressocyparis leylandii

El Cupressocyparis leylandii es un híbrido natural entre Cupressus macrocarpa y Chamaecyparis nootkatensis, reuniendo la rapidez de crecimiento del Cupressus y el porte gracioso del Chamaecyparis.

Sobre la etimología, Cupressocyparis, de Cupressus y Chamaecyparis, dos géneros parentales. Leylandii, en honor de C.J.Leyland, quien lo descubrió en 1888, aunque no fue identificado hasta que enviaron una muestra para su identificación a la Royal Horticultural Society en 1925.

Cupressocyparis leylandii en jardín

Pertenece a la familia Cupressaceae, siendo nombres sinónimos x Cupressocyparis leylandii o Cupressus x leylandii. Aunque popularmente es conocido como ciprés híbrido de Leyland, ciprés de Leyland, leylandi o leilandi.

Se han obtenido diversos clones mediante polinización aunque con ligeras diferencias en cuanto a color, porte y velocidad de crecimiento.

¿Cómo es el Cupressocyparis leylandii?

Es una conífera vigorosa, recta y columnar, de copa ahusada. Tiene la corteza suave que con la edad se hace fibrosa.

Es de crecimiento rápido, suele crecer unos 50 centímetros por año o más y llegar a alcanzar hasta los 20 metros de altura y un diámetro de entre 5 y 6 metros.

Su follaje ligeramente aromático lo componen ramillas aplanadas con suaves hojas puntiagudas, como escamas de color verde oscuro.

Su fruto son unos conos leñosos de dos cm de longitud, aunque al tratarse de un híbrido sus semillas son estériles.

Cuidados del Cupressocyparis leylandii

Su ubicación es a pleno sol. Es una planta todo terreno en cuando a resistencia a condiciones ambientales ya que es capaz de aguantar la contaminación urbana, el clima salino del mar, soportar heladas, sequía, viento, incluso falta de mantenimiento.

Cupressocyparis leylandii en jardín

Es resistente, rústico y se adapta a muchas condiciones, por lo que se desarrolla bien en cualquier tipo de suelo tanto ácido como calizo, pobre, algo salino…, eso sí, lo ideal es que sea fértil, profundo y tenga buen drenaje.

La mejor época para su plantación es al comienzo de la primavera, de esta forma daremos al árbol una temporada completa de crecimiento antes de que llegue el invierno y con él el frío. Si los plantamos en grupo formando seto dejaremos entre ellos unos ochenta cm de separación para que no se amontonen cuando lleguen a su madurez, aunque esto también dependerá del gusto de cada quien y de la idea que se tenga de pantalla vegetal.

El Cupressocyparis leylandii tiene en cuanto al riego unas necesidades muy parecidas a las del resto de su especie, o sea moderadas, digamos que con mantener la humedad constante en el suelo sería suficiente. Sólo regaremos la zona de las raíces y mantendremos el follaje seco.

Podemos realizar en primavera y otoño aplicaciones de materia orgánica como el estiércol o compost y digamos que eso será suficiente. Aunque también podemos abonarlo regularmente con un abono para coníferas. Este abono es especial para la nutrición de este tipo de plantas. Recordemos que las coníferas suelen manifestar principalmente en años secos, problemas asociados a carencia de magnesio, por lo que si apreciamos un amarilleo de la punta del follaje sabremos que le faltará este elemento.

Al ser una conífera que normalmente formará un seto de ocultación o una pantalla contra el viento, requerirá de una gran adaptación a la poda, y sí el Cupressocyparis leylandii, no tiene ningún problema en recibir podas de todo tipo, rebrotando con facilidad incluso sobre madera vieja. Es recomendable como mínimo realizar una poda anual. Cuando el seto es pequeño se hará la poda de formación y en los ya establecidos la poda será de mantenimiento. Se puede realizar arte topiario ya que tolera los recortes y responde correctamente a ellos.

Cupressocyparis leylandii en jardín

Aunque no resulta fácil, se multiplica por esquejes, pero dado que podemos encontrarlo fácilmente en varios formatos y a muy buen precio, no vale la pena realizarlos.

Plagas y enfermedades del Cupressocyparis leylandii

El Cupressocyparis leylandii es muy resistente, aunque no está exento de sufrir una de las plagas más comunes en las coníferas, la cochinilla. Con tratamientos preventivos con insecticida no prosperará.

La Phytophtora (amarronamiento en el follaje o desecamiento) también es algo que le puede afectar, por lo que evitaremos el encharcamiento.

Si lo que necesitas es proteger tu intimidad con un seto en poco tiempo el ciprés de Leyland, cumplirá su función a la perfección

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