El Ficus pumila o Ficus repens, es una planta trepadora para cubrir muros y paredes. Digamos que este es, sin duda, su uso más extendido. Gracias a sus pequeñas raíces adventicias, se adhiere con facilidad a una gran variedad de superficies (hormigón, ladrillo, piedra, madera, metal…).
Es ideal para ocultar paredes poco estéticas, crear pantallas de privacidad o dar un aspecto más natural y exuberante a fachadas. En España, se adapta bien tanto a patios interiores, donde la luz puede ser más limitada, como a muros exteriores soleados (aunque prefiere algo de protección en las horas centrales del día en climas muy calurosos).
Aunque es principalmente trepadora, también se puede utilizar como planta cubresuelos, especialmente en zonas donde otras especies tendrían dificultades para prosperar. Forma una alfombra densa y verde que puede ayudar a controlar la erosión en pequeños taludes o en áreas de difícil acceso para el césped.
Su capacidad para trepar y enredarse la hace perfecta para embellecer estructuras de jardín como pérgolas, arcos, vallas o celosías, aportando un toque romántico y natural.
Es una candidata excelente para jardines verticales, tanto en interior como en exterior protegido, debido a su crecimiento relativamente rápido y su capacidad para cubrir densamente las estructuras.
En las zonas más frías de España o para interiores, se cultiva muy bien en maceta. Puede dejarse caer elegantemente desde una cesta colgante o guiarse con tutores para que trepe por pequeñas estructuras decorativas.

El origen del Ficus pumila.
El Ficus pumila es originario del este de Asia. Su área de distribución natural incluye países como China, Japón, Taiwán y Vietnam. Desde allí, se ha introducido y naturalizado en muchas otras regiones tropicales y subtropicales del mundo debido a su popularidad como planta ornamental.
El Ficus pumila pertenece a la familia Moraceae. Esta es una familia muy amplia que incluye alrededor de 40 géneros y más de 1000 especies, entre las que se encuentran árboles, arbustos, lianas y algunas hierbas. El género Ficus spp. es el más importante dentro de esta familia y uno de los más diversos, con más de 800 especies.
El nombre botánico correcto y más actualizado es Ficus pumila. Aunque Ficus repens es un sinónimo que ha sido ampliamente utilizado en horticultura, pero botánicamente se refiere a la misma planta trepadora.
Otros nombres probablemente más reconocibles para el público general son Ficus trepador, Enamorada del muro, Ficus tapizante, Ficus rastrero, Ficus de China, Ficus enano o Higuera trepadora.
Variedades del Ficus pumila.
- Ficus pumila ‘Quercifolia’: Con hojas lobuladas que recuerdan a las hojas de roble (Quercus).
- Ficus pumila ‘Variegata’ o ‘Snowflake’: Sus hojas variegadas, bordeadas de blanco o crema. Es muy decorativa pero suele ser un poco menos vigorosa y más sensible al sol directo intenso que la forma completamente verde.
- Ficus pumila ‘Sunny’: Similar a la ‘Variegata’, pero con un tono amarillo pálido en los bordes.Ficus pumila ‘Creeping Fig’: La variedad más común, de hojas verdes estándar.
- Ficus pumila ‘Minima‘: Con hojas aún más pequeñas que la especie tipo.

Características del Ficus repens.
Estamos ante una planta trepadora perenne, cuyas características morfológicas vamos a describir a continuación, comenzando por las raíces, ya que desarrolla dos tipos principales de ellas:
- Raíces subterráneas: Son las raíces típicas que anclan la planta al sustrato y absorben agua y nutrientes.
- Raíces aéreas adventicias: Estas últimas son clave para su capacidad de trepar, ya que son cortas, numerosas y segregan una sustancia pegajosa que les permite adherirse firmemente a diversas superficies sin ser agresivamente invasivas.
Los tallos son delgados, flexibles, leñosos o semileñosos con la edad, y muy ramificados, capaces de cubrir grandes extensiones. Los tallos juveniles se adhieren completamente al soporte, mientras que los tallos maduros, que aparecen con buena exposición solar, son más gruesos, erguidos y es donde se formarán las hojas adultas y los frutos. Característicamente, los tallos contienen un látex blanquecino.
El Ficus pumila presenta heterofilia, es decir, tiene dos tipos de hojas según la etapa de desarrollo de la planta:
- Hojas juveniles: Pequeñas (1-3 cm), con forma de corazón u ovadas, de textura fina y color verde oscuro, dispuestas densamente en las partes trepadoras.
- Hojas adultas: Mucho más grandes (hasta 6-10 cm), gruesas, coriáceas, de forma ovada a elíptica y color verde intenso. Aparecen en las ramas maduras y fértiles. Existen variedades con hojas matizadas en blanco o amarillo.
Las flores son diminutas y no son visibles externamente, ya que se encuentran encerradas dentro de una estructura carnosa en forma de higo llamada sicono. La polinización depende de una avispa específica, generalmente ausente en España, por lo que la formación de frutos con semillas viables es poco común aquí.
El fruto, también llamado sicono, es el receptáculo floral maduro. Tiene forma de pera o globo (4-7 cm de largo), de color verde que se vuelve púrpura oscuro o negruzco al madurar. Aunque se asemejan a los higos comestibles, los del Ficus pumila generalmente no se consideran comestibles para humanos, siendo más bien secos y fibrosos. Se desarrollan en las ramas adultas.
Las semillas se encuentran dentro del sicono y son muy pequeñas. Su viabilidad depende de la polinización por la avispa específica.

Cuidados del Ficus pumila.
El Ficus pumila, es una planta bastante resistente y adaptable, pero unos cuidados adecuados asegurarán su vigor y belleza.
Al exterior puede crecer a pleno sol, en semisombra o incluso en sombra. En las regiones con sol muy intenso, agradece algo de sombra durante las horas centrales del día para evitar quemaduras en las hojas, especialmente si el sustrato no se mantiene suficientemente húmedo. En zonas más frescas o costeras del norte, tolera bien el pleno sol. Una orientación norte o este puede ser ideal si se busca evitar el sol más fuerte.
En el interior, necesita un lugar muy luminoso, cerca de una ventana, pero sin sol directo constante que podría quemar las hojas a través del cristal. Las variedades variegadas (‘Variegata’, ‘Snowflake’) suelen necesitar más luz que las completamente verdes para mantener su coloración.
Aunque es una planta trepadora, en sus primeras etapas puede necesitar algo de guía para dirigirla hacia el soporte.
Tolera bien las altas temperaturas del verano, siempre que disponga de humedad adecuada. Por lo contrario, el frío es su punto más delicado en algunas zonas de España. Soporta heladas débiles y esporádicas (hasta unos -5°C aproximadamente, una vez establecida), pero las heladas fuertes y prolongadas, típicas del interior peninsular o zonas de montaña, pueden dañar seriamente sus partes aéreas o incluso matarla.
En las zonas costeras mediterráneas y del sur, generalmente prospera al aire libre todo el año sin problemas. En las del interior y norte con inviernos fríos, es aconsejable plantar este Ficus repens en lugares resguardados (muros orientados al sur, patios protegidos) o considerar su cultivo en maceta para poder trasladarla a un lugar protegido (invernadero, interior luminoso) durante el invierno. Si sufre daños por heladas, suele rebrotar desde la base en primavera si las raíces no se han congelado.
El Ficus pumila prefiere un suelo fértil, bien drenado y rico en materia orgánica. En jardín se adapta a una amplia variedad de suelos, pero prosperará mejor si se mejora el hoyo de plantación con compost o mantillo. Es importante que el suelo no se encharque, ya que el exceso de agua puede provocar pudrición de raíces. Un pH ligeramente ácido a neutro es ideal.
En maceta debemos utilizar un sustrato universal de buena calidad, mezclado con perlita o arena para mejorar el drenaje. Asegurarse de que la maceta tenga buenos agujeros de drenaje y si en el fondo le incorporamos una capa de grava o arcilla expandida mucho mejor.
La frecuencia del riego, dependerá de la ubicación, el tipo de suelo, el clima y si está en maceta o en el suelo. Podemos tomar como indicador, tocar el sustrato, si los primeros centímetros están secos, es momento de regar.
Durante la primavera y el verano, que es su principal período de crecimiento, las plantas que estén en el jardín, agradecerán un aporte de compost o estiércol bien descompuesto al inicio de la primavera. Se puede complementar con un fertilizante líquido equilibrado (NPK) cada 3-4 semanas.
En cuanto al abonado si están en maceta, utilizaremos un fertilizante líquido para plantas verdes o plantas de interior diluido en el agua de riego cada 2-3 semanas.
Debemos tener precaución y no abonar en exceso, ya que podría quemar las raíces. Suspender el abonado en otoño e invierno.
El objetivo de la poda es controlar su crecimiento, darle forma, eliminar ramas secas o dañadas y rejuvenecer la planta. Así, se puede podar ligeramente en cualquier época del año para controlar su expansión. Las podas más importantes o de formación es mejor realizarlas a finales del invierno o principios de la primavera, antes de que comience el fuerte crecimiento primaveral.
Para mantenerla pegada al muro y con hojas juveniles, hay que podar las ramas adultas (más gruesas y con hojas grandes) que tienden a crecer erectas.
El método principal de reproducción es por esquejes, preferiblemente en primavera o verano.También se puede reproducir por acodo, doblando una rama y enterrando una sección hasta que enraíce antes de separarla de la planta madre.

Plagas y Enfermedades del Ficus repens.
Es una planta muy resistente, no obstante puede verse afectada por cultivos colindantes que estén infectados. En cuanto a enfermedades:
- Los hongos foliares (manchas en las hojas): Pueden aparecer si hay exceso de humedad ambiental y poca ventilación. Debemos mejorar la circulación de aire, evitar mojar las hojas al regar y retirar las hojas afectadas. En casos severos, aplicar un fungicida. Aquí también podría entrar el Oídio, (hojas cubiertas por un polvo blanco). Trataremos también con fungicidas específicos.
- Pudrición de raíces: Causada por exceso de riego y mal drenaje. Es la más grave y debemos prevenirla asegurando un buen drenaje y no regando en exceso. Si se detecta, reducir el riego y, si es en maceta, revisar las raíces y trasplantar a un sustrato nuevo si es necesario, eliminando las partes afectadas.
Las plagas que pueden afectarle son:
- Cochinillas: Son comunes en los Ficus. Pueden ser algodonosas (planococcus) o en forma de lapa (diaspididae). Se localizan en el envés de las hojas y en los tallos. Se pueden tratar con jabón potásico, aceite de neem o insecticidas específicos si la infestación es severa.
- Araña roja (Tetranychus urticae): Especialmente aparecen en ambientes secos y calurosos. Provoca un punteado amarillento en las hojas y finas telarañas. Aumentar la humedad ambiental y tratar con acaricidas o jabón potásico.
- Pulgones (Aphididae): Pueden aparecer en los brotes tiernos. Se controlan fácilmente con jabón potásico o insecticidas.
Siguiendo estos consejos, con unas buenas prácticas agrícolas, seguro que podremos disfrutar de un Ficus pumila saludable y decorativo durante muchos años.